Si actualmente te encuentras en la situación de que algún familiar o amigo te ha pedido el favor de ser su avalista, debes de saber que conlleva una serie de responsabilidades por ello en el siguiente texto encontrarás toda la información que necesitas saber sobre que significa realmente ser avalista y cuales son las consecuencias.
¿Qué es un avalista?
Un aval es un tipo de garantía que se utiliza en situaciones financieras, como la concesión de préstamos, para asegurar que el dinero será devuelto. El avalista es la persona que proporciona el aval y se compromete a asumir la responsabilidad de pagar la deuda si el deudor principal no puede hacerlo.
En este proceso intervienen tres partes:
- Avalado: La persona que solicita el préstamo/crédito.
- Beneficiario del aval: La entidad que presta el dinero.
- Avalista: La persona que se compromete a hacerse cargo de las deudas en caso de impago.
Cabe destacar que este tipo de contrato no puede existir por sí solo, ya que depende de un contrato principal, como un préstamo o crédito.
¿Cómo sé que mi aval es válido?
Para que un aval sea válido, debe presentarse y acordarse de manera explícita, cumpliendo con los siguientes requisitos:
- Existencia de un contrato principal (como un préstamo).
- Documento separado que indique claramente el aval.
- Identificación clara de todas las partes involucradas.
- Firma de todas las partes.
- Condiciones bajo las cuales el avalista asumirá la responsabilidad del pago.
- Asesoramiento legal adecuado.
- Registro y legalización del aval si fuera necesario.
¿Qué tipos de avales hay?
Existen diferentes tipos de avales dependiendo de su naturaleza y las condiciones acordadas:
- Convencional: El más común, acordado entre las partes.
- Legal o judicial: Surge por decisión de un juez o por obligación legal.
- Gratuito: El avalista actúa sin recibir compensación.
- A título oneroso: El avalista recibe una compensación económica a cambio de asumir el riesgo.
- Parcial: El avalista solo responde por una parte de la deuda, por ejemplo, hasta el 80%.
¿Cuándo se extingue un aval?
El contrato de aval se extingue en las siguientes circunstancias:
- La deuda ha sido pagada en su totalidad.
- Según las condiciones pactadas en el contrato.
- Por confusión de derechos entre acreedor y deudor.
- Por compensación entre las partes.
¿Qué requisitos se deben cumplir para poder ser avalista?
Para convertirse en avalista, es necesario cumplir con los siguientes requisitos:
- Ser mayor de edad.
- Tener solvencia económica, demostrando ingresos superiores a las obligaciones del avalado.
- No tener deudas pendientes.
- No contar con préstamos vigentes.
- Tener ingresos estables y demostrables.
- Poseer propiedades libres de cargas, ya que pueden utilizarse para cubrir la deuda en caso de impago.
¿Cuándo no puedo ser avalista?
No todas las personas cumplen con los requisitos necesarios para actuar como avalista. En las siguientes situaciones, no podrás convertirte en avalista:
- Si no eres solvente: Si tus ingresos no superan las obligaciones financieras del avalado, no serás aceptado como avalista.
- Si tienes deudas: Aquellas personas con deudas pendientes no pueden garantizar otras.
- Si tienes préstamos activos: Tener créditos o hipotecas en vigor puede limitar tu capacidad para ser avalista.
- Falta de ingresos estables: Si no puedes demostrar estabilidad económica o ingresos fijos.
- Sin propiedades libres de cargas: Si no cuentas con bienes que puedan respaldar el aval en caso de impago.
¿Qué riesgos puede conllevar ser avalista?
Ser avalista implica riesgos significativos, el más importante es asumir la obligación de pagar la deuda si el avalado no cumple. Además:
- Podría afectar tu capacidad de solicitar nuevos préstamos.
- Tu patrimonio personal podría ser utilizado para saldar la deuda.
- El aval no termina hasta que la deuda sea completamente saldada.
Por ello, es fundamental analizar bien el contrato y su duración antes de comprometerse.
¿Siendo avalista puedo solicitar préstamos?
Sí, puedes solicitar un préstamo o hipoteca si eres avalista. Sin embargo, el banco considerará que ya tienes una carga financiera adicional, lo que puede influir negativamente en la concesión del préstamo:
- Podrían rechazar tu solicitud.
- En caso de ser aprobado, la cantidad que te ofrezcan podría ser más baja.
Antes de actuar como avalista, evalúa si tienes proyectos financieros futuros, ya que este compromiso puede limitar tus opciones.
¿Qué puedo hacer si el avalado no paga?
Si el avalado no cumple con la deuda, se presentan dos situaciones posibles:
- Pagar la deuda: Como avalista, tendrás que asumir el pago. Luego, podrás reclamar al avalado el importe pagado.
- No poder pagar la deuda: En este caso, puedes acogerte a la Ley de Segunda Oportunidad, que permite cancelar tus deudas de forma legal y sencilla.
¿Cómo puedo cancelar mis deudas?
antía que se utiliza en situaciones financieras, como la concesión de préstamos para asegurarse de que el dinero será devuelto. La definición de avalista es, por tanto: la persona que proporciona el aval, la cual se compromete a asumir la responsabilidad de pagar el préstamo en caso de que el deudor principal no pueda hacerlo. Esto significa que si el deudor falla en sus pagos, el avalista está legalmente obligado a pagar la cantidad debida.
Por lo que en este proceso intervienen tres personas:
- Avalado, que es la persona que solicita el préstamo/crédito
- Beneficiario del aval, que es la persona que presta el dinero
- Avalista, persona encargada de hacerse
Si quieres cancelar tus deudas y no sabes como hacerlo, debes saber que en España existe una ley que permite cancelar todas tus deudas.
Nosotros te ayudaremos a que te puedas acoger a esta ley, la ley de Segunda Oportunidad.
Con la ayuda de TRAMIDEUDAS, puedes superar el sobreendeudamiento y comenzar un nuevo capítulo financiero en tu vida.